Un lunes más me levanto para ir a trabajar, pero con la sensación de que esta semana me esperaba algo espectacular. ¿Estaría en lo cierto o simplemente tendría más expectativas puestas en esta aventura de lo que realmente sería? Pronto saldría de dudas…

A las 14:30 salgo de trabajar y me voy corriendo al campo sin tener ni idea de lo que me esperaba. Cuando llego, mis compañeros ya están preparados para empezar a entrenar, así que decido cambiarme rápidamente. Ya en el campo calentamos echando un partidillo sin esperarnos la sorpresa que estaba a punto de llegar: de pronto aparecen en el campo Michael Robinson y Raúl Ruiz para conocernos. ¡No me lo podía creer! Dos grandes del fútbol allí plantados delante de nosotros para conocer al equipo y guiarnos para ser mejores jugadores.

Después de presentarnos y hacer unos totales (declaraciones grabadas a cámara) me voy a la ducha. Cuando me dispongo a salir del vestuario, ¿cuál es mi sorpresa? El mismísimo Michael Robinson quiere conocerme y entrevistarme. Durante nuestra conversación hablamos de todo un poco: mi salida del armario, mi enfermedad, lo que es el equipo para mí… Jamás creí que tras los primeros nervios podría hablar con él de una manera tan amena y cercana.

Martes: otra vez las prisas tras salir del trabajo. Ya en el campo voy con mis compañeros a la zona de entrenamiento. Nos sientan en unas gradas a la espera de Michael y Raúl, pero el equipo de producción nos tenía una nueva sorpresa preparada. ¡Ha venido Morientes! No me lo podía creer, ¡otra leyenda del fútbol viene a entrenarnos! En ese momento no sabía ni cómo reaccionar. Después de un rato haciendo unos ejercicios a su lado, la lluvia nos chafó ese gran día.

Miércoles: otra vez la misma rutina a la misma hora. Pero este día sería distinto, el tiempo nos iba a permitir entrenar con Morientes. Carreras, ejercicios y lo más importante, unos consejos de su propia boca. Recomendaciones que nos ayudarán a mejorar como equipo. Más totales y lo mejor de todo, tercer tiempo, algo a lo que los jugadores de GMadrid Fútbol 11 ya estamos acostumbrados. Charlamos con Morientes preguntándole sobre la Champions, la selección y en definitiva, pasando un buen rato con él, Michael y Raúl.

Jueves: día triste, último entrenamiento con el míster. Más carreras, más estiramientos y más toques de balón. Durante el entrenamiento tuve el placer de poder meterle un centro al gran Morientes para que rematase a gol. Se acaba la jornada y llega la despedida sin saber lo que aún nos esperaba. ¡¡Julen Lopetegui se presenta allí para conocernos!! ¡¡El seleccionador español en nuestro campo!! Después de un agradable rato charlando con él se fija en mí: «Veo que llevas la camiseta de la selección». Y ahora sí, este es mi momento: «Estoy esperando a que me convoques», le respondo. El día está llegando a su fin, toca la triste despedida pero aún falta algo más: balón firmado por Morientes y camiseta firmada por Lopetegui. Más totales por no perder la costumbre y a descansar.

Viernes: sensación agridulce de que esta aventura llega a su fin. En esta ocasión las sorpresas comienzan antes de lo esperado: a la salida del trabajo veo que hay un coche de producción esperándome. ¿Qué me depararía el día? Me reúno con Michael y nos dirigimos a ver qué sucederá ahora. ¿Un gimnasio? ¿Me han llevado a un gimnasio después del trabajo? No me apetecía demasiado la verdad, pero jamás pensé lo que me esperaba al cruzar esas puertas. Una vez cambiado con ropa deportiva, Michael me presenta a Víctor, uno de los monitores del gimnasio especializado en el tipo de enfermedad que tengo, quien me enseña unos ejercicios para hacer en casa y poder mejorar. Después de unos primeros momentos difíciles, me pongo cabezón y vuelvo a intentar hacer bien los ejercicios. Una y otra y otra vez hasta acabar reventado. Toca despedirse, muy agradecido a Víctor por sus lecciones, que ahora pongo en práctica a diario y me van muy bien.

Me reúno con mis compañeros a la espera de una última sorpresa. Michael y Raúl nos acompañan al restaurante de un centro comercial. Todos pensamos que vamos a cenar, ¡pero no! Al entrar vemos una equipación nueva esperando por nosotros, personalizada con nuestros nombres y números. No me lo podía creer, ¡estaba super emocionado! No me salían las palabras. Menos mal que estaban Michael y Raúl para darnos una charla y preguntarnos. Momento del brindis y nuevo regalo: tener el placer de conocer al jugador de la selección española de waterpolo Víctor Gutiérrez, el segundo deportista olímpico en hacer pública su homosexualidad. ¡Qué gran placer escucharle y qué gran charla nos dio apoyando nuestra labor! Acabamos y nos retiramos a descansar, porque nos espera el grandioso último día.

Sábado: día del partido, nervios a flor piel. Me encuentro con mis compañeros en las inmediaciones del campo pero no podemos pasar porque aún nos espera una última sorpresa. ¿Qué podría ser? Una vez dentro nos reúnen y… ¡no me lo puedo creer! ¡Una pancarta gigante del equipo con nuestras fotos! Lágrimas, no salgáis, dejad que me haga el fuerte.

Comienza el partido, está siendo complicado, noto molestias. El marcador está bastante igualado. Jugada dividida, corte de balón y dolor. Intento aguantar. En el minuto 30 tengo que abandonar el campo, no puedo continuar porque el dolor no me deja seguir y no quiero perjudicar a mi equipo. Vamos empate 1-1 en ese momento. Me pongo a llorar, había luchado y me había esforzado tanto para ser capaz de aguantar el partido que la rabia me invade.

Segunda parte: perdemos 1-3 pero el equipo no se rinde. Lo veo todo desde fuera. Nuestro rival es muy agresivo y entramos en su juego, el equipo se recupera y se viene arriba. ¡Gooool! 2-3. ¡Vamos chicos, que podéis, confiamos en vosotros! Pasan los minutos, el equipo sigue jugando duro y está cada vez mejor. ¡¡GOOOOL!! 3-3. Salgo corriendo como puedo a celebrarlo con mis compañeros. Pasan los minutos y más nervios, ocasiones de unos y de otros. ¡Final del partido! ¡Grandes! ¡Hemos remontado un 1-3 en contra! Estoy orgulloso de mi equipo.

Después del encuentro, la última charla con Michael y Raúl. Esto se acaba, la pena me invade. Otro de nuestros peculiares terceros tiempos y fin de la Aventura.

Vuelvo ahora a mi pregunta inicial: ¿Me esperaba algo espectacular o simplemente tenía más expectativas en esta aventura de lo que realmente sería? Pues bien, puedo decir que ha sido una aventura maravillosa que volvería a repetir con los ojos cerrados. Me lo he pasado bien, he reído, he llorado y sobre todo he sido feliz durante toda la grabación. Caos F.C. no sólo nos ha mejorado a nivel deportivo, sino que nos ha ayudado a conocer mejor a nuestros compañeros. Por eso quiero agradecer al programa no sólo lo que me ha enseñado a nivel individual, ni lo que nos ha ayudado como equipo: desde GMadrid Fútbol 11 queremos agradecer de corazón a Caos F.C. y a todo su equipo por dar un paso más en la lucha por la visibilidad y normalización del colectivo LGTBI en el fútbol.

Juan